Cuando se piensa en la gran diversidad biológica de nuestro país, por lo general se recuerda la enorme diversidad de paisajes compuestos por una gran variedad de especies animales y vegetales. Sin embargo, seguramente pocas personas se han detenido a pensar en el gran reto tecnológico que significa el reunir la información relativa a esa enorme riqueza biológica haciendo que esté disponible para todos. Uno de los principales objetivos de la Conabio desde su creación ha sido la obtención, manejo, análisis y divulgación de información de nuestra diversidad biológica. Tal información es indispensable para la toma de decisiones respecto al uso y conservación de la biodiversidad sustentada en un conocimiento científico. Para compilar, organizar y distribuir esta información se estableció el Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad (SNIB) de México.
El SNIB es de importancia estratégica en un país de megadiversidad como México, el segundo país del mundo en tipos de ecosistemas y el cuarto en riqueza de especies. Para ejemplificar, existen en México unas 500 especies de importancia pesquera, casi 600 especies que se utilizan para la reforestación, unas 4,000 especies con propiedades medicinales registradas, cientos de especies exóticas, invasoras y decenas de miles con potencial biotecnológico. Casi 2,500 especies se encuentran protegidas por nuestra legislación y cientos de ellas se utilizan en artesanía o con fines cinegéticos u ornamentales.
Estas mismas razones dejaron claro desde el principio que el SNIB debía apoyarse en el trabajo de la multiplicidad de instituciones y expertos nacionales y extranjeros que por años y años se han dedicado al estudio de la biodiversidad de México.
La creación de este sistema se expresó como un mandato para la Conabio, en la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección Ambiental (LGEEPA Art. 80 fracción V) en la que menciona el "Establecimiento de un sistema nacional de información sobre biodiversidad y de calificación del uso sustentable de sus componentes ...".
Existen muchas formas de construir un SNIB. La Conabio adoptó como modelo inicial una estructura basada en datos primarios (datos lo menos interpretados posible) en la cual el espécimen (ejemplar resguardado en una colección científica biológica) constituye la columna vertebral del sistema. Entonces el concepto integrador es la unidad ‘ejemplar - nombre científico – georreferencia - fecha’. Al contarse con cientos de miles de estos datos se posibilita el movimiento de la información en diferentes escalas, a través de la georreferencia (latitud, longitud) y mediante la referencia taxonómica, la cual actúa como índice para tener acceso a la información sobre diferentes "puntos de vista" respecto a una especie.
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